Walnut: la pareja perfecta sí que existe
Walnut: la pareja perfecta sí que existe
Ponencia de Ricardo Orozco en V Congreso SEDIBAC de Terapia Floral 2015
De entre todas las flores, Walnut siempre me ha llamado la atención, sobre todo por su versatilidad y serena funcionalidad. Podría aquí citar su omnipresencia en infinidad de aplicaciones prácticas, incluso domésticas, “distancias cortas” como su efecto coagulante, pero todo esto sin despreciar los largos alcances de una esencia que podría llegar hasta el elevado concepto de lo causal.
Walnut es una de esas flores que, para mí, podría reclamar una especie de estatus de ser tomada siempre, puesto que se trata de la esencia de la adaptación, y ¿acaso la vida no plantea una continua adaptación? ¿Y qué me decís de la protección?
Pero tal vez lo más enriquecedor de su uso resida en la sinergia que ofrece en combinación con muchas de las otras esencias.
Su nombre científico es Juglans Regia. Juglans, palabra derivada del latín, está compuesta de iovis (Júpiter) y glans (bellota). Esto sería «bellota de Júpiter» o, mejor, «nuez de Júpiter». Regia se traduce por real.
Júpiter (en latín), también llamado Jove (Iovis), es el principal dios de la mitología romana, padre de dioses y de hombres. El nombre proviene de la raíz iu-, que en indoeuropeo significa luz, y piter, que hace referencia a pater, que significa padre. En conclusión: «El padre de la luz». Júpiter fue Zeus en Grecia y Amón en Egipto.
Júpiter, como padre de dioses, tiene una importancia excepcional, así como también lo tiene la esencia del nogal.
Al iniciarnos en el estudio de las Flores de Bach, el primer concepto con el que solemos asociar la esencia Walnut es con la palabra protección. De hecho, esto puede deducirse del comportamiento del árbol e incluso de su morfología. En sus hojas y raíces, el nogal es rico en juglonas, sustancias con propiedades herbicidas y pesticidas.1 Con estos recursos, el árbol se protege de insectos y de otras especies a su alrededor. Desde antiguo, las hojas del nogal colocadas en arcones y armarios han servido para preservar la ropa de insectos. También cabe señalar que el nogal proyecta una densa sombra que dificulta o impide el crecimiento de algunas especies.
Siguiendo con la «protección», sin duda su fruto, la nuez, está excepcionalmente guardado, no solo por la corteza sino por una cápsula externa bien mullida: «El proceso de proteger el nuevo patrón mental quizá se ilustra muy bien, en el caso de Walnut, en la nuez. Ésta tiene un fruto blanco y suave con forma de cerebro humano protegido por una cáscara» (Julian Barnard).2
Además de la reflexión anterior, Barnard encuentra una relación mitológica que vincula el nogal con los conceptos de protección y adaptación al cambio: «El árbol está también asociado a la diosa griega Artemisa (la Diana romana) que es la diosa de la naturaleza silvestre y virgen, de todos los lugares inviolables donde los humanos no osan entrar (…) Artemisa es también la virgen cazadora, la soberana de los alumbramientos, de las jóvenes solteras y de la transición a la maternidad. Según algunos autores, en las bodas de la antigua Roma, los muchachos se arrebataban las nueces arrojadas por el novio como un signo de que habían dejado de lado las diversiones infantiles. Pero es más probable que este fuera un regalo ritual para aplacar a la diosa por la pérdida de una de sus doncellas. Así, en la tradición clásica, Walnut está asociado a los ritos de paso y a las etapas de desarrollo de la sociedad humana.»3
Una de las premisas más importantes en el sistema evolutivo creado por el Dr. Bach es que la personalidad no sea desviada del camino trazado por el alma. Y esto no solo puede ocurrir por los defectos de la personalidad, sino: «por el entusiasmo, las convicciones y la firmeza de ciertas opiniones ajenas. El remedio les proporciona la perseverancia necesaria, y les aporta protección contra influencias externas.»4
Otra de las propiedades más difundidas de Walnut es la de actuar como un adaptador a los cambios. Esto me llevó a incluirlo en la fórmula de emergencia del Tetra-Remei: Rescate + Walnut
+ Sweet Chestnut + Elm.5 El motivo fue la certidumbre de que en toda emergencia es muy
importante la capacidad de adaptación. Esto disminuye el sufrimiento y las eventuales secuelas, facilitando así la capacidad de resiliencia.6
En cualquier caso, parece que el Dr. Bach ya vio algo muy especial en Walnut, cuando habló de la misteriosa figura del rompe-hechizos: «Es el remedio para los que decidieron dar un gran paso adelante en la vida, para romper las viejas convenciones, para apartarse de los viejos límites y las restricciones e internarse en un camino nuevo. Con frecuencia, esto sucede con sufrimiento físico debido a los tenues remordimientos y angustias por la rotura de viejos vínculos, viejas asociaciones, viejos pensamientos. Un gran destrozador (rompedor) de hechizos, tanto de las cosas del pasado que suelen llamarse herencia, como de las circunstancias del presente.»7
Verdaderamente, el Dr. Bach contempló la existencia de circunstancias que iban más allá de lo que habitualmente podemos entender con nuestra mente. Según la filosofía de Bach, encarnamos en un cuerpo físico para aprender una o dos lecciones en este día de colegio. Queda así claro que el aprendizaje trascendente es nuestra misión en la vida, y hasta aquí creo que la mayoría de los seguidores de la obra de Bach están de acuerdo.
Sin embargo, el dar por hecho lo anterior implica, para mí -y hablo desde lo puramente racional- un paso más, consistente en el planteamiento que el aprendizaje y su posterior evaluación deben ser modulados (o regidos) de alguna forma. Muchos le llaman a esto karma, concepto que podría concebirse como un conjunto de leyes energéticas de gravitación moral que, con sus sistemas de bonificaciones y penalizaciones, rigen el aprendizaje. O, dicho de otra forma, la ley energética causa-efecto. Scheffer expresa esto de la siguiente manera: «A menudo, las causas (de las ataduras de Walnut) se remontan también a otras formas de existencia; pueden ser lazos kármicos no reconocidos, antiguas decisiones erradas que ejercen una influencia auto sugestiva en un plano inconsciente».8
Mi experiencia en el uso de Walnut va en esta última dirección, la de cortar o, mejor dicho, renegociar o armonizarse con ciertas ataduras kármicas que nos tienen de alguna manera encadenados.
Desde una visión sistémica, pertenecemos a todo un sistema familiar y, como a menudo se evidencia en el trabajo con las llamadas constelaciones familiares, se manifiestan ataduras desconocidas hasta ese momento por nosotros. Por ejemplo, algo no resuelto por algún antepasado y que por consiguiente nos toca transitar a nosotros. Desde mi lectura, es probablemente a esto a lo que se refería Bach con las cosas del pasado que suelen llamarse herencia, y la necesidad de cortar con este tipo de ataduras. Pero pensemos en que esas «cadenas», al menos las verdaderamente kármicas, están ahí para modular o dirigir el aprendizaje, por lo que no se pueden considerar como algo ajeno a nosotros, o al menos enteramente negativo.
Por este motivo, últimamente entiendo más el efecto de Walnut como un armonizador, o en todo caso un negociador, que como un cortador. Aunque comprendo que en nuestra trayectoria surgirán otro tipo de ataduras que lastren y desvíen de nuestro camino evolutivo… Y aquí sí que es buena la visión de Walnut como un potente alicate de corte o, mejor aún, una auténtica sierra
radial.
En cualquier caso, tenemos en Walnut una de las flores que Bach definió como más espiritualizadas (las últimas 19). Seguramente es una de las que actúan en los niveles más altos a los que se puede llegar: el de lo causal.9
Siguiendo con Walnut, otra cosa que me sorprende es la sinergia que muestra con varias flores del sistema, lo que sin duda lo convierte en la «pareja perfecta» del sistema Bach. En este sentido, quiero compartir mi experiencia con algunas de esas parejas.10
Walnut – Honeysuckle: juntos hacia la libertad
Sin duda, esta es una de las parejas más perfectas que existen. Hasta ahora había comentado la posibilidad de que ataduras ancestrales, o del sistema familiar más antiguo y desconocido, estén dificultando o incluso frenando nuestra evolución. Walnut se erigía así en una importante esencia. Pero, en todo caso, hablamos aquí de un excesivo peso del pasado en nuestro presente, un peso del que Honeysuckle puede aligerarnos, o ayudarnos a “amortizar”.
Existe un extendido consenso en que Walnut es un protector de influencias externas. Llámese a esto energías, clima, opiniones… En suma, factores que pueden desviar nuestra personalidad del camino trazado por el alma. Pero aquí, para seguir con el tema de las parejas perfectas, y sin duda Honeysuckle lo es, resulta interesante considerar el hecho de que esas opiniones externas se internalizan en algún momento de nuestro crecimiento. Tal es el caso de las ideas o dogmas que conforman nuestro sistema de creencias: «Este último se construye con las experiencias e ideas que vamos acumulando a lo largo de la vida sobre cómo son o deberían ser las cosas. Las creencias constituyen nuestras “verdades” y actuamos y pensamos en función de ellas. Cuando el sistema de creencias es demasiado limitante o se basa en premisas distorsionadas, resulta patente que debe ser modificado o como mínimo cuestionado. La educación recibida y el aprendizaje realizado constituyen un importante pilar que sostiene las mencionadas creencias.» 11
Los sistemas de creencias en torno a los que nos movemos ejercen sin duda un excesivo peso y, cuando son negativos e irracionales, dificultan y limitan cualquier mejoría.
Es fácil imaginar a alguien con una personalidad obsesiva; pongamos por ejemplo a un típico Oak. Su sistema de creencias, inculcado desde su más tierna infancia, gira en torno a la obligación como un valor absoluto e incuestionable. Para él «la vida es una dura lucha en la que no se puede, ni debe, bajar la guardia». Esta creencia trae aparejado un comportamiento de sobreesfuerzo permanente, austeridad ahorrativa, por no hablar de tacañería, represión de cualquier signo de “debilidad”, y la creencia irracional de que uno debe y puede controlar todas las situaciones de la vida cotidiana. El ocio, desde esta perspectiva, es un espacio debilitante que se niega a sí mismo. De este modo, el Oak cae en un estrés de rendimiento permanente, una vida pobre en matices, y una actividad mental preocupada (White Chestnut) en forma de temores anticipatorios. Todo esto genera una ansiedad importante y, sobre todo, una mala calidad de vida, tanto para él como muy probablemente para su familia.
Para mejorar, el Oak del ejemplo necesita en algún momento reconsiderar su sistema de creencias. De otro modo, cuando en la terapia (floral o cualquier otra) experimente con más claridad su necesidad de descanso, se sentirá más culpable de lo habitual.12 Y si descansa, o empieza a disfrutar de un ocio no utilitario, enseguida se activará una severa voz en su interior que lo sentenciará de alguna forma parecida a estas: «Te estás convirtiendo en un vago» o bien: «Hijo, me estás defraudando, ya sabía yo que acabarías siendo una mala persona»… En cualquier caso puede que Oak crea que está traicionando a sus ancestros si baja la guardia y disfruta de las cosas simples de la vida.
Walnut es pues importante para ayudar a Oak a cortar con esa influencia negativa, externa en un principio, pero que se internalizó en su sistema de creencias. Sinérgicamente, Honeysuckle contribuirá a que ese peso del pasado se aligere en alguna medida, o deje de ser una losa inmovilizante. Sin duda, otras esencias del sistema, como lógicamente Oak, Pine, Cherry Plum, White Chestnut, etc, colaborarán en una fórmula muy adecuada para él.
Walnut – Wild Oat: el viaje hacia nosotros mismos
Hasta tal punto están compenetradas estas dos maravillosas esencias, que resulta casi inimaginable prescribir Wild Oat sin Walnut.
A mi modo de ver, Wild Oat representa una especie de brújula inteligente que nos ayuda a encontrar y orientarnos en nuestro camino por la vida. Se trata de una flor magnífica de orientación, sentido vital y automotivación. Sin embargo, a menudo no basta con tener las coordenadas del lugar hacia el que vamos. Puede que nos falten herramientas para la travesía. Es muy probable incluso que nos sintamos demasiado atados como para poder emprender el viaje o que, una vez iniciado este, no sepamos adaptarnos o protegernos adecuadamente. Será necesario resguardarse especialmente de influencias obstaculizadoras, como por ejemplo opiniones, exhortaciones y determinadas convenciones sociales. Muy probablemente, tendremos que frustrar a personas que, aunque nos quieran, esperan de nosotros cosas que no podemos darles, o que nos desviarían demasiado del destino trazado por el alma o de las coordenadas de nuestra brújula existencial.13
Walnut se ofrece como una mochila inteligente, con una serie de utensilios para el viajero, o acaso pionero, que se aventura por el trascendente camino, exterior e interior, trazado por el alma: herramientas de corte, adaptadores, protectores…
¡Qué difícil es encontrar una pareja mejor avenida que esta! ¡Y a cuánta gente ha ayudado!
Walnut – Beech: adaptándonos positivamente
Beech representa el rechazo, la irritación, la intolerancia. Muchas son las veces que el rechazo es la consecuencia de una mala adaptación a un cambio. Esto se ve claramente en una reacción como la alergia, intolerancia a medicamentos, vómitos, etc. Pero también numerosas actitudes de intolerancia y rechazo a nivel interpersonal provienen de esa falta de adaptación a lo nuevo, como el racismo, la xenofobia, etc., o son directamente producto de la rigidez mental.
En cualquier caso, seguramente el poder de evolución es directamente proporcional al de adaptación. Por eso estamos aquí ante una maravillosa pareja de conveniencia, donde a una mayor adaptación sigue una buena tolerancia.
Walnut – Star of Bethlehem: juntos en la adversidad
Como ya anticipaba en la mención al Rescate y a fórmulas de emergencia más recientes, no hay duda de que una buena adaptación minimiza los efectos de cualquier trauma. Al mismo tiempo, se previenen secuelas y se optimiza la recuperación e incluso la resiliencia.
Walnut – Chestnut Bud: Hasta que la muerte nos separe
Para asimilar el aprendizaje trascendente es necesaria una creciente capacidad de adaptación. Estar dispuesto a sorprenderse continuamente, a rectificar y desechar viejos planteamientos. Como dijo el Dr. Bach: «Debemos mantenernos flexibles de pensamiento, para que las ideas preconcebidas y los prejuicios no nos priven de la oportunidad de obtener un conocimiento más amplio y más fresco. Debemos estar siempre dispuestos a abrir la mente y a rechazar cualquier idea, por firmemente arraigada que esté, si la experiencia nos muestra una verdad mejor.» 14
Walnut y Chestnut Bud plantean la cuestión de si en realidad deberían ser tomadas siempre, al menos en los tratamientos a medio y largo plazo, puesto que la primera crearía el terreno para asimilar el aprendizaje, favorecido directamente por la segunda. Entiendo que es muy difícil pronunciarse sobre esto y pienso que, en definitiva, lo que terminará primando es el estilo del terapeuta. Pero lo que sí tengo claro es que estas dos esencias llegan a los niveles más altos a los que pueda aspirar la terapia, lo causal, que ya apuntaba anteriormente para Walnut. Chestnut Bud se suma a esta propuesta, con el convincente argumento de que encarnamos en este día de colegio llamado vida para aprender.
Podría seguir proponiendo sinergias y ciertamente Walnut, en su infinita poligamia, se ofrece a ello generosamente, pero creo que con las ya citadas tenemos bastante para situar a esta tan preciada flor en el lugar que merece.
1 Ver CAÑELLAS, Jordi. Cuaderno Botánico de las Flores de Bach. Integral. Barcelona, 2008.
2 BARNARD, Julian y Martine. Las Plantas Sanadoras de Edward Bach. F.R.P. Hereford. Reino Unido.
3 BARNARD, Julian. Remedios Florales de Bach. Forma y Función. FRP y Dellser. México DF, 2008.
4 BACH, Edward. Bach por Bach. Escritos y conferencias. Continente. Buenos Aires, 1993-2006.
5 Para Tetra-Remei ver OROZCO, Ricardo. Flores de Bach. Manual de aplicaciones locales. Indigo. Barcelona, 2003. Las fórmulas Hexa y Hepta-Remei, donde también interviene Walnut, aparecen publicadas en 1996 en Flores de Bach. Manual para terapeutas avanzados, por el mismo autor. Indigo. Barcelona, 1996.
6 La resiliencia es la capacidad de los seres vivos de sobreponerse a períodos de dolor emocional y situaciones adversas o incluso resultar fortalecidos por ellos.
7 Este párrafo es citado por CHANCELLOR en Flores de Bach. Manual Ilustrado. Pág. 141, 2ª edición. Lidiun, Buenos Aires, 1994.
8 SCHEFFER, Mechthild. La Terapia Floral de Bach. Teoría y Práctica. Urano. Barcelona, 1992.
9 Para mí, además de Walnut, las otras flores que pueden operar a nivel de lo causal son Chestnut Bud (aprendizaje), Pine, y probablemente Star of Bethlehem.
10 Y no necesariamente estoy hablando de lo que se entiende por un “trío”.
11 OROZCO, Ricardo. Flores de Bach: 38 Descripciones Dinámicas, 2ª Ed. Pág 217. El grano de mostaza. Barcelona, 2012.
12 Los obsesivos (Oak, Elm y Rock Water) siempre se sienten culpables, en infracción. En torno a esa falsa culpabilidad inicial aprendida se estructura su conocido exceso de responsabilidad. También su afán perfeccionista por controlar sus acciones y prever todo lo que pueda conspirar contra la perfecta ejecución de las mismas.
13 Es muy probable que para todas estas cosas sea necesario tomar además Pine, por lo culpables que podamos sentiros al frustrar las expectativas de personas cercanas a nosotros, y seguramente Honeysuckle por el excesivo peso del pasado, las convenciones sociales, etc.
14 PASTORINO, M.L. La medicina floral de Edward Bach. Urano. Barcelona, 1989.
Bibliografía
BACH, Edward. Bach por Bach. Escritos y conferencias. Ed. Continente, Buenos Aires, 1993-2006. BARNARD, Julian y Martine. Las Plantas Sanadoras de Edward Bach. Ed. FRP Hereford, Reino
Unido.
BARNARD, Julian. Remedios Florales de Bach. Forma y Función. Ed. FRP y Dellser, México DF, 2008.
CAÑELLAS, Jordi. Cuaderno Botánico de las Flores de Bach. Ed. Integral, Barcelona, 2008. CHANCELLOR, Philip. Flores de Bach. Manual Ilustrado. Ed. Lidiun, Buenos Aires, 1994.
OROZCO, Ricardo. Flores de Bach. Manual para Terapeutas Avanzados. Ed. Índigo, Barcelona, 1996.
OROZCO, Ricardo. Flores de Bach. Manual de aplicaciones locales. Ed. Índigo, Barcelona, 2003. OROZCO, Ricardo. Flores de Bach: 38 Descripciones Dinámicas. Ed. El Grano de Mostaza,
Barcelona, 2012.
PASTORINO, M.L. La Medicina Floral de Edward Bach. Ed. Urano, Barcelona, 1989.
SCHEFFER, Mechthild. La Terapia Floral de Bach. Teoría y Práctica. Ed. Urano, Barcelona, 1992.
Referencia biográfica
Ricardo Orozco es formador desde 1994. Terapeuta Floral profesional. Cofundador de SEDIBAC y actual Presidente. Médico colegiado por la Universidad de Barcelona (1982). Director de Institut Anthemon de Barcelona. Autor de siete libros sobre Flores de Bach, publicados por Índigo, El Grano de Mostaza, y Centro di Benessere Psicofisico. Además de SEDIBAC, es miembro de SEFLOR, GALIBACH y FLOBANA. Dicta formaciones y seminarios en distintas ciudades de América y Europa.