¿Solo o acompañado?
¿Solo o acompañado?
Por Ricardo Orozco
No es extraño que alguien quiera entrar con el cliente a consulta, y la actitud que debería tener el terapeuta ante ello es una de las preguntas habituales de mis alumnos.
Recuerdo muy nítidamente un caso, de los primeros que atendí, en el que una clienta de unos 30 años me insistió en que <<su marido podía oírlo todo>>. Ante mi negativa, volvió a plantearlo una segunda vez, pero él quedó fuera. La siguiente visita ya vino sola, y cuál no sería mi sorpresa cuando me comentó que tenía una relación extramatrimonial de un año con otro hombre, y que atravesaba por una situación de duda entre si seguir con su pareja actual o irse a vivir con su amante; obviamente, su marido no sabía nada. ¿Alguien cree que me habría contado esto en presencia de su marido? Dado su carácter, sin duda no.
La terapia floral es un acto privado, un espacio confidencial para uno, donde es necesaria una intimidad que devenga en sintonía y más adelante en confianza. Esto no es posible si existe un observador, por más ligado que esté a nuestro cliente. No resulta admisible tampoco que la mamá entre con “el nene” o “la nena” adolescentes o incluso adultos.
El exigir intimidad no es tan raro, si pensamos que la terapia floral no es exactamente como una conversación en Facebook donde otros pueden ver y opinar. Incluso en la mencionada red social uno puede mantener un diálogo privado con alguien.
Si usted no es un terapeuta de pareja, o está formado para hacer trabajo de grupo, no se meta en líos, porque podría llegar a vivir episodios patéticos. La terapia floral, el cliente y usted mismo merecen respeto, y el respeto implica privacidad.
Si le resulta violento impedir el paso de un acompañante, suele funcionar el decir que uno trabaja de forma individualizada, de uno en uno… como las básculas de baño… Normalmente nadie es tan prepotente como para querer pasar de todas formas y, si así fuera, usted siempre puede negarse a trabajar en esas condiciones. Si necesita hablar con alguien de la familia, o recabar datos de algún miembro de la misma, debe pedir permiso a su cliente.
Otra opción que emplean algunos terapeutas para quienes vienen acompañados (incluso por más de una persona), es recibirlos a todos y hablar de algunos temas abiertos y comunes, como por ejemplo la vía por la que han llegado a consulta, el tiempo, etcétera, y después pedirles que esperen fuera al cliente. Esto además es útil para ver si alguien lleva la voz cantante, las dinámicas de comunicación, etc.
Cuando el cliente es un niño pequeño, lo mejor es hablar con sus padres primero, y después a solas con el niño, a menos que sea demasiado pequeño. Algunos terapeutas proponen a sus pequeños pacientes juegos y la realización de dibujos, pero tanto lo uno como lo otro requiere una capacitación adicional que no se suele ofrecer en la formación habitual del terapeuta floral.