Siempre Chestnut Bud
Siempre Chestnut Bud
No es la primera vez que escribo sobre Chestnut Bud. Siempre me ha sorprendido que el Dr. Bach incorporase un brote a su sistema, en este caso el del castaño de indias. Un brote es siempre una promesa germinal de algo, acaso un anticipo, un proyecto que contiene la información de algo más grande, en este caso las hojas, la flor, el fruto…en la que las Flores de Bach actúan.
Desde hace años especulo con la posibilidad de que Chestnut Bud sea la esencia más importante del sistema, puesto que Bach toma la vida como escuela, donde se encarna para aprender una o dos lecciones en este forzosamente breve espacio educativo. El admitir esto nos lleva a deducir que el aprendizaje es el tema central de la existencia y, por consiguiente, que el sistema floral de Bach tiene forzosamente que ofrecer esencias al servicio de esta noble causa.
Las lecciones a aprender, junto con los defectos a corregir, quedan sistematizadas en doce y vinculadas a las doce primeras flores del sistema, los llamados 12 Curadores, los que a su vez quedan ligados a otras tantas tipologías o personalidades.
No solo los defectos de la personalidad descritos por Bach dificultarán un aprendizaje óptimo. Muchas circunstancias de la vida, como traumas y otras vicisitudes muy diversas, obstaculizarán o desviarán a la personalidad del camino trazado por el alma (el del aprendizaje). Y todo ello requerirá de otras flores diferentes que ayuden a gestionar los diversos estados de ánimo y actitudes que se vayan sucediendo.
Resumiendo, el camino de cada uno, en esta apuesta espiritual del aprendizaje, podrá ser asistido con las flores personalizadas que correspondan. Ahora bien, si se puede nombrar una esencia global, común para apoyar a todos, esta es Chestnut Bud, la “flor” del aprendizaje.
Aunque no estoy formado en Gestalt, siempre he vivido rodeado por terapeutas que sí lo estaban. Cuando escucho términos como “conciencia”, “presencia” y “responsabilidad”, siempre me resuena Chestnut Bud, la esencia que probablemente más que ninguna otra nos ayuda a conseguir esa tan ansiada metaposición. Como dicen Claudia Casanovas y Felisa Chalcoff en El Arte de Ayudar, (Gran Aldea editores, Buenos Aires, 2009): <<Cuando vivimos presentes, somos un testigo que observa todo lo que nos sucede y lo que hacemos: nuestras emociones, pensamientos, sensaciones, nuestros actos, sin estar totalmente “capturados” por ellos. Somos ese testigo que observa. No somos lo que observamos; somos quien observa. No somos esa emoción; somos quien la experimenta. No somos nuestras ideas; somos aquel a través de quien esas ideas se manifiestan>>.
Seguiría escribiendo bastantes folios sobre Chestnut Bud, pero siento que con este breve artículo contribuyo a fomentar el uso de esta fabulosa esencia… Chestnut Bud, siempre y para siempre Chestnut Bud.