El sufrimiento de Gorse
El sufrimiento de Gorse
Artículo de Ricardo Orozco ©2015
Siempre ha presentado un poco de dificultad el diferenciar Gorse de Wild Rose.
Se trata de dos reacciones de tipo pasivo en las cuales el sujeto se resigna a la adversidad, o como mínimo no interviene positivamente en la resolución de un problema o circunstancia determinada.
Antiguamente, mi idea era que en Gorse, a diferencia de Wild Rose, había sufrimiento. Para reforzar tal afirmación me apoyaba en que en Wild Rose, al existir apatía, no podía haber sufrimiento, al menos en las presentaciones en las que se ven afectadas todas las áreas de la persona.
Sigo pensando que la última parte de la reflexión es bastante cierta, excepción hecha de algunas presentaciones de Wild Rose como en el síndrome depresivo, donde la apatía no logra anular el dolor.
Sin embargo, el tema del sufrimiento en Gorse debe ser matizado y replanteado. Para ello conviene analizar Gorse como rasgo de la personalidad y como estado. En ambos casos la esencia sirve para trabajar sobre un mecanismo de defensa de la personalidad que consiste en <tirar la toalla>, metáfora pugilística a la que en su momento llamé <claudicación>.
Este mecanismo de defensa consiste en intentar “salir del escenario” ante una situación que se percibe como negativa, y contra la que uno cree no poder hacer nada. Puede tratarse de problemas o acontecimientos repentinos, como un diagnóstico de mal pronóstico, un despido, la muerte de alguien muy directo… o bien de una situación que se ha ido deteriorando en el devenir del tiempo, como por ejemplo una relación de pareja.
En GOR uno claudica, tira la toalla. Pretende, con esta acción o pensamiento testimonial, disminuir su nivel de incertidumbre y ansiedad ante una situación adversa. Al repetir verbalmente, o repetirse interiormente, <yo ya no puedo hacer nada más>, uno se siente momentáneamente liberado de toda responsabilidad o posible implicación futura. Algo así como si al tirar el entrenador la toalla, el castigado boxeador de la metáfora bajase del cuadrilátero cesando así los golpes.
Si bien el mecanismo citado puede disminuir en un principio la ansiedad o la molesta incertidumbre de tener que desempeñar un papel para el que uno no se siente con energía o con recursos, tiene una contrapartida negativa más o menos rápida. Aunque uno no lo crea, o no lo quiera, sigue participando negativamente al no poder bajar del escenario de su vida, en tanto que sigue existiendo. Casi siempre vuelve a subir la ansiedad y puede incluso que el sujeto se sienta aún peor que antes de tirar la toalla. Esto es debido a que la sensación de atrapamiento y frustración suele aumentar la ansiedad porque, al abandonar la participación en la gestión de la propia vida, uno termina dependiendo de los caprichos del azar. Y esto crea todavía más incertidumbre y desasosiego que el que se pretendía evitar. Ya lo dice el refrán: <pan para hoy, hambre para mañana>.
No parece muy acertado el afirmar lo siguiente: <GOR hace esto o lo otro>. En primer lugar, no se trata de una persona sino de un rasgo de personalidad, esto es <<un patrón estable de comportamiento que permanece a lo largo del tiempo y en situaciones diversas.>>1 Este rasgo de personalidad forma parte de distintas personalidades (o tipologías), o como mínimo es muy visible en Mimulus, Gentian, Clematis, Centaury, Willow… a menudo Scleranthus, solo por citar algunos ejemplos. Entonces, lo que haga uno u otro en GOR estará íntimamente relacionado con su personalidad de base. Mimulus, por ejemplo, adoptará una conducta de evitación y experimentará un aumento de su ya importante ansiedad; Clematis y Water Violet lo vivirán de una forma tan pasiva como viven todo. Willow se volverá más agresivo y culpabilizará a los demás de la circunstancia que sea…
Como estado temporal, Gorse puede ser experimentado por cualquiera, sea luchador o no. Todo dependerá de la magnitud de la adversidad y de los recursos que uno tenga en ese momento. Pero nuevamente la actitud que observemos desde el exterior dependerá de la personalidad del sujeto. Por ejemplo, es muy probable que un Vervain al que llevan esposado a la cárcel se resista y tenga que ser reducido por varios policías, mientras que un Clematis no ofrece ninguna resistencia.
Lo mismo pasa con el sufrimiento. El Gorse vivido por Clematis o Water Violet, ambos bastante aplanados emocionalmente, no trae aparejado un importante dolor. En cualquier persona más emocional, como Mimulus, Chicory, Heather o Centaury, el sufrimiento acompañará a Gorse en todas sus presentaciones.
Una vez más, resulta muy difícil generalizar y anticipar lo que hará una persona en determinada circunstancia de la vida, al menos sin tener en cuenta qué hay debajo. E incluso así es difícil. Por eso, el mejor consejo que se pueda dar a cualquier terapeuta que se inicia es que no dé nada por supuesto, que no saque conclusiones apresuradas y que esté siempre dispuesto a registrar la información proveniente de su cliente, aunque, a su modo de ver, esta no resulte congruente.
1Millon, Theodore. Trastornos de la personalidad en la vida moderna. Elsevier. Masson. Barcelona, 2006.