El Antisocial, El Psicópata, El Obsesivo
El Antisocial, El Psicópata, El Obsesivo
Por Ricardo Orozco
Tres Errores Esencialmente Masculinos. La mayoría de las Flores de Bach son hermafroditas.[1] Sin embargo, encontramos en los seres humanos patrones mentales, emocionales y conductuales más relacionados con un sexo que con otro.
Esto se debe a múltiples factores: biológicos (por ejemplo hormonales), educacionales, socioculturales, etc.
En este número de la revista toca hablar de patrones florales masculinos. Después de hacer un rápido repaso de las 38 esencias me resultan claramente masculinas 3 de ellas o, lo que es lo mismo, otros tantos patrones psicológicos: Vervain, Vine y Oak. En menor medida pienso en Rock Water y Elm, aunque prefiero centrarme en los tres primeros.
Por supuesto, no conviene caer en estereotipos sexuales del tipo «papá Vine y mamá Chicory», e incluso creo que todos conocemos a algunas mujeres que coinciden con las descripciones de las tres primeras flores mencionadas.
Sin embargo, existen algunos rasgos tradicionalmente atribuidos a la conducta masculina: autosuficiencia, inconformismo, ambición, competitividad, disidencia, agresividad, aventurerismo, intrepidez, audacia, rebeldía… Pienso ahora en Indiana Jones y en Johnny Deep para Piratas del Caribe y siguientes, como estereotipos de los rasgos precedentes.
Vervain engloba en gran medida lo que psicológicamente corresponde a la personalidad antisocial.[2] El término antisocial tiene que ver aquí con un cuestionamiento sistemático de las normas sociales. Es más, se establece un sistema propio de valores que se pone por encima del sistema de valores del grupo.
Se trata en general de personas demasiado impulsivas e intolerantes. Tienen una gran dificultad para la introspección y para autorregularse (Cherry Plum). Esto determina que no puedan calibrar las consecuencias de sus acciones. Quedan pues a merced del momento, buscando gratificaciones inmediatas a sus deseos. Parecen tener una gran intolerancia al aburrimiento así como una considerable necesidad de excitación. Lo que destaca en suma es la impulsividad y el egocentrismo.
Cualquiera que sea la visión que tengamos de la persona Vervain negativizada, estaremos de acuerdo en que está acostumbrada a hacer «lo que le da la gana», por no usar una expresión machista muy en consonancia con lo que estamos tratando y que alude a aquello que «sale» de determinadas gónadas aovadas que poseemos los varones. Por otra parte, existe en Vervain una certeza de estar en posesión de la verdad y absolutamente legitimado para hacer lo que desee.
Todo lo antedicho le lleva a ser inconstante en sus relaciones afectivas, laborales y de toda índole. Su impulsividad le puede llevar a quebrantar la ley. Pocas cosas son tan trasgresoras como atracar un banco a punta de pistola (dinero inmediato sin explicaciones). También suelen tener problemas por su irritabilidad, hostilidad y facilidad para la violencia (agresiones, asesinatos, violaciones, etc.). Desde luego también existen mujeres Vervain, pero pensemos que las cárceles están pobladas mayoritariamente por hombres.
La población reclusa femenina de Europa representaba sólo el 5% del total en 2002. Si bien es cierto que en las dos últimas décadas seguramente había aumentado la proporción de reclusas, con el tema en nuestro país de la lucha contra la violencia de género (flagelo netamente Vine) y el endurecimiento de las leyes sobre la seguridad vial, las prisiones se han saturado de hombres y puede que la proporción de mujeres haya incluso bajado más de la cifra de 2002. Obsta decir que la mayoría de delitos de tráfico (ebriedad, conducción temeraria e imprudencias diversas) corre a cuenta de hombres.
Naturalmente que no todos los presos obedecen seguramente a un perfil Vervain (o Vervain-Vine) pero, aunque no dispongo de las estadísticas, apostaría a ciegas que el perfil antisocial se impone significativamente sobre los demás.
En el polo opuesto, los Vervain positivados (empáticos) son la otra cara de la moneda. Si bien quieren cambiar muchas normas, cuentan con los demás para ello. Saben situarse en el lugar del otro y se preocupan por el prójimo. Pueden ser grandes pioneros o revolucionarios, como por ejemplo el propio Dr. Bach, Cristo, el Che Guevara, etc…
Pero sigamos un poco más con la personalidad antisocial y en concreto con su parte más negativa: Vine. No cabe duda de que estamos aquí ante las vertientes más inquietantes de la conducta antisocial. Bajo el nombre de Vine se engloban los individuos más peligrosos que puedan darse: los psicópatas y los sociópatas.[3]
Nos encontramos en este punto ante personas (80 o 90 % son hombres) para las cuales lo correcto o lo incorrecto son abstracciones irrelevantes. Son especialmente insensibles al dolor ajeno, egoístas. Suscriben la idea de «que está bien que te aproveches de alguien que te lo permite». Prepotentes, carecen de sentimiento de culpa y les gusta experimentar el poder. A menudo son inteligentes. Suele incluso divertirles el miedo y sufrimiento que generan en los demás. Desconocen el significado de la palabra «empatía» y sólo pueden comprender la parte intelectual de los sentimientos, hecho que por cierto usan para manipular a los demás. Son grandes fingidores y a menudo sádicos. Extremadamente fríos.
Desde luego cuesta imaginarse a una mujer en el papel de Annibal Lekter en El Silencio de los Corderos y sus secuelas cinematográficas. Pero naturalmente, no todos los psicópatas Vine son asesinos en serie ni delinquen. Pueden encontrar un acomodo legal (aunque no ético) en el mundo de la política, de la empresa u otras actividades que proporcionen poder. Mucho de la crisis económica actual ha estado precipitado por actitudes psicopáticas. ¿Desasosegante, no?…
En otro orden, me gustaría destacar otro patrón para mí netamente masculino. Me estoy refiriendo a Oak. Tiene que ver con lo que la psicología contemporánea interpreta como obsesivo. Una persona extremadamente tenaz, cumplidora, responsable, hiper racional, poco o nada espontánea, muy escrupulosa, moralista y ética. Demasiado trabajadora. Perfeccionista, metódica, puntual, rígida, ahorradora, etc…[4]
En las sociedades industrializadas, algunos de estos rasgos (sobre todo los referidos al trabajo) han sido tradicionalmente sobre valorados y adjudicados al hombre como «cabeza de familia». Por eso muchos varones, esencialmente reprimidos, han encontrado en patrones de rigidez tipo Oak un refugio admitido por la sociedad. Me refiero a un refugio para no tener que afrontar un mundo para ellos emocionalmente complicado, donde los sentimientos equivalen a vulnerabilidad y debilidad. Al fin y al cabo, alguien que se mata trabajando y se supone agotado, queda en cierta forma «exento» de muchos tipos de intercambio afectivo. Aunque en las últimas décadas esto no resulta ya una coartada suficientemente buena, porque al hombre se le exige también, afortunadamente, que sea emocionalmente demostrativo o como mínimo empático.
Como conclusión diría que a los hombres (al igual que a las mujeres) nos queda un largo camino por recorrer en cuanto a conciencia emocional se refiere. Desde luego, asumiendo que no es ni mejor ni peor ser hombre o mujer. Ni unos ni otras son superiores ni inferiores (particularmente me parecen patéticos los chistes sexistas de uno u otro lado): simple y afortunadamente diferentes y complementarios. Como la dualidad en la que todo en la naturaleza se desenvuelve.
[1] Ver Cuaderno Botánico de Flores de Bach (pág. 321). Jordi Cañellas. Integral. Barcelona, 2008.
[2] Se puede encontrar un estudio detallado de esta personalidad (estilo y trastorno) en Trastornos de la Personalidad en la Vida Moderna. Theodore Millon y col. Masson. Barcelona, 2006. También ver Inteligencia Emocional y Flores de Bach. Tipos de Personalidad en Psicología Contemporánea. Boris Rodríguez y Ricardo Orozco. Indigo. Barcelona, 2005.
[3] Aunque algunos autores admiten una cierta diferencia entre psicópata o sociópata (el primero sería más biológico y el segundo más inducido por las vicisitudes que rodearon su infancia), en la práctica no se suele hacer ninguna distinción, por lo que en este artículo los designaré como psicópatas.
[4] Es necesario aquí incluir otro tipo de obsesivos como Rock Water (obsesivo puritano) y Elm. Este último representa un nivel más equilibrado o moderado y, en gran medida, bisexual.
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© 2011 Ricardo Orozco