Diagnóstico diferencial entre Heather y Agrimony: Dos histriones sin identidad propia
Diagnóstico diferencial entre Heather y Agrimony: Dos histriones sin identidad propia.
Ponencia de Ricardo Orozco en el Congreso Sedibac 2011.
Dos histriones sin identidad propia
Cuando por cualquier vía nos interesamos en las Flores de Bach y, más concretamente por la terapia floral, es muy posible que intentemos establecer una especie de diagnóstico diferencial automático que permita encasillar las esencias en compartimentos estancos.Estas primeras divisiones suelen ser a menudo demasiado polares, del tipo: <<Cerato es una flor mental; Red Chestnut, emocional>>, o bien: <<Olive trata el cansancio físico; Hornbeam, el psíquico>>. Lo más probable es que también, además de comparar unas flores con otras, utilicemos otra maniobra bastante rígida, del género si-no: <<Chicory es emocional; Oak no lo es>>.
Si bien estas estrategias pueden ser útiles en un primer momento, al menos para hacer un reparto grosero entre flores, al poco tiempo se revelan ineficaces ya que ignoran una serie de matices intermedios entre el blanco y el negro: toda una gama de grises.Lo descrito hasta ahora constituye un mecanismo mental de simplificación destinado a hacer el mundo más manejable. Un mecanismo muy utilizado por los niños para intentar comprender un universo, el de los adultos, que se adivina complejo.
El resultado de todo esto es el establecimiento de territorios florales demasiado estáticos y, lo que es peor, demasiado desvinculados entre sí. Puede que esta situación se vea favorecida por el hecho de que en cuanto abrimos la caja de las esencias florales nos encontramos con 38 frascos diferentes.
Pero aún existe otra cuestión: ¿quién y en base a qué establece los territorios florales? Si nos remitimos a las descripciones del Dr. Bach, encontramos que son insuficientes, estáticas y que no constituyen un resumen sino más bien un pequeño corte en un contexto más amplio, dado por el campo de actuación de las esencias.
Como propuse en mi libro: Flores de Bach. 38 Descripciones dinámicas, mi impresión es que numerosos autores fuimos añadiendo detalles a esta matriz inicial, producto tanto de nuestra experiencia, como de la especulación teórica libre y creativa. Si a esto sumamos la tradición oral, creo que hemos ido creando entre todos una especie de «Frankenstein floral». Entrañable, para muchos simpático, hecho de distintas partes reales pero, en suma, artificial y, lo que es peor, bastante inviable. Podría incluso hablarse de una especie de «burbuja floral» donde existen algunos personajes que no se corresponden con la realidad. Esto es por ejemplo lo que ocurre con parte de los retratos florales de Water Violet y Chestnut Bud, a mi modo de ver bastante distanciados del espectro de actuación de sus respectivas esencias.
Si retomamos la pregunta inicial sobre quiénes, cómo y cuándo se establecen los territorios florales, necesitamos una respuesta. Una posibilidad sería la vía científica, y me estoy refiriendo a científicos sin prejuicios ni intereses inconfesables. En este sentido resulta muy encomiable y prometedora la labor que está realizando el GC-Bach (Grupo Científico Cubano de Investigación del Sistema Diagnóstico-Terapéutico de Edward Bach) de la Universidad Central Marta Abreu de Las Villas (Santa Clara, Cuba), liderado por el psicólogo cubano Boris Rodríguez, a mi modo de ver la persona que más sabe sobre la psicología de las Flores de Bach.1
1 Se pueden revisar las publicaciones del mencionado grupo científico en www.sedibac.org, en el apartado de investigación.
Diagnóstico diferencial entre Heather y Agrimony
Estoy convencido de que las divisiones estáticas, que comentaba más arriba, no son solo forzadas sino claramente ineficaces, si de lo que se trata es de comprender las flores. Pero, si además, lo que se pretende es utilizarlas, el problema aumenta considerablemente ya que, lo queramos o no, somos un inmenso territorio compartido donde emociones, sentimientos, ideas, sensaciones y percepciones forman una amalgama inseparable y, en ocasiones, contradictoria.
El tema de fondo quizá sea que, aunque se llegase a un consenso, sin duda arbitrario, sobre que las Flores de Bach son simples, resultaría disparatado sostener que la mente y el mundo emocional lo son en la misma medida.
Según lo expuesto hasta aquí tenemos un modelo interpretativo estático, disociado y simplista que se ha ido implantando históricamente. Un modelo que a todas luces resulta insuficiente para comprender y utilizar las Flores de Bach. En contraposición, surge un diagnóstico diferencial basado en una visión dinámica de las flores y, sobre todo interactiva, que contempla la existencia de gran cantidad de territorios compartidos. Resulta incluso evidente que entre algunas esencias existen más características en común que aspectos diferenciales, como es el caso de Elm y Oak.
En los siguientes gráficos se resumen los modelos comentados hasta ahora.
Modelo estático: es disociado y rígido. Vemos como Elm, Oak y Rock Water están representados como
patrones separados entre sí, sin territorios compartidos.
Modelo dinámico: es integrativo y flexible. Elm y Oak forman parte de un espacio común mayor del que los separa. Por otra parte ambos comparten un territorio con Rock Water. De manera que las flores del ejemplo configuran una importante área dada por la personalidad obsesiva: los tres son rígidos, demasiado cumplidores y trabajadores, muy responsables, moralistas, controladores,
perfeccionistas, serios y reprimidos. Suelen sentirse culpables, son ansiosos, metódicos… Sin embargo, Rock Water presenta un mayor campo diferenciado no confluente, dado por su puritanismo fanático. Son aislacionistas y muy reprimidos sexualmente, entre otras características.
Ni que decir tiene que apuesto por este modelo dinámico. Es más, desde la perspectiva de los territorios compartidos, podría afirmarse lo siguiente:
Territorio compartido
A mi modo de ver, uno de los errores más frecuentes de algunos terapeutas se produce cuando preguntan a su paciente lo siguiente: <<¿Cómo te han ido las flores?>> Con esta pregunta se está presuponiendo que el bienestar o malestar que el cliente presente se debe a la fórmula y no a la gestión que hace de su propia vida, ni tan siquiera a lo que le ocurre entre visita y visita. Así, si está bien, el terapeuta ha acertado y si, por el contrario, está igual o peor, es que no ha atinado con las flores. ¿Cuál es, pues, el compromiso del paciente consigo mismo? Además, ¡menuda responsabilidad que se arroga el terapeuta sin quererlo o saberlo! ¡Y, sobre todo, menuda responsabilidad que carga en las pobres flores!
Creo que ha sido esta visión reduccionista la que ha llevado a muchos terapeutas, y a algunos autores, a proyectar sobre las esencias florales sus propios temores y carencias. De esta forma, se ha llegado a hablar de flores supuestamente «peligrosas», «contraindicadas», «que no se debían combinar» y un largo y penoso etcétera, exactamente igual que si de fármacos alopáticos se tratase.
Si consideramos que las flores son simplemente catalizadores de una información existente en nuestro interior (entre el alma y la personalidad, según Bach) entenderemos que estas elucubraciones carecen de fundamento. Siempre he pensado que quien dice <<me da miedo tal o cual flor>>, en realidad lo que está diciendo es lo siguiente: <<me aterra la gestión de mis propias emociones y las de los demás>>.
Afortunadamente para todos, la formulación floral no es una cuestión de relojería. No es como un PIN bancario que abre una cuenta solo si se teclean los números correctos. Admitir esta idea resulta más fácil en cuanto asumimos el modelo dinámico de los territorios compartidos.
No se trata tampoco de prescribir flores al azar, o con sistemas diagnósticos poco fiables, cosa que desgraciadamente abunda.
Si aceptamos el mensaje implícito en esta ponencia estaremos de acuerdo en que no puede existir por ejemplo una flor «para mejorar la autoestima», o «para la concentración» o bien «para el miedo», ya que se trata de territorios compartidos por bastantes esencias. Del mismo modo tampoco puede existir una terapia floral «unicista» que sea realmente efectiva.
Aunque no forma parte de los objetivos de esta ponencia, la recomendación para todo terapeuta que se inicia es que se entrene no solo en el aspecto técnico de las Flores de Bach, sino también en las dinámicas de entrevista, sobre todo la escucha activa y las destrezas con las que saber implicar al paciente en su proceso terapéutico. Así, el terapeuta floral se convierte en acompañante y colaborador del mencionado proceso, catalizado por la ayuda inestimable de las Flores de Bach, y no en el protagonista y artífice del mismo.
Consecuente con el modelo de trabajo propuesto, voy a analizar en este congreso el diagnóstico diferencial entre Agrimony y Heather:
Agrimony y Heather comparten un perfil psicológico llamado histrionismo, que en gran medida suplió al más sexista y políticamente incorrecto de histeria.
Sobreactuación
El histrión era en la cultura grecolatina el danzarín y, por extensión, el actor de teatro. Se podría pensar en las máscaras simbólicas que empleaban para representar la comedia (Agrimony) y el drama (Heather).
Lo que hermana a ambos patrones florales es la sobreactuación, basada en la expresión emocional exagerada y superficial que los distrae de su inquietante mundo interior. Un mundo donde en su nivel más profundo se consideran personas insignificantes y carentes de atractivo e interés. Esta vivencia resulta tan destructiva y baja tanto la autoestima, que debe construirse un lote de creencias compensatorias desde donde se vean como personas atractivas, divertidas, interesantes, glamurosas y deseables.
Existe una necesidad de ser el centro de atención como si de una droga se tratase. En realidad se intenta huir y compensar un aterrador vacío interior, una falta de identidad propia, inexplorada y amenazante, que queda tapada por la máscara.
Estas personas no solo requieren atención, sino actividad y excitación permanente, pudiendo vivir «tres vidas en un cuerpo». Su miedo a la soledad es tremendo y necesitan tener una agenda de actividades muy apretada. En cualquier caso detestan el aburrimiento.
Cabría preguntarse qué hay detrás de la máscara de teatro con la que viven. Mayoritariamente angustia existencial que podemos llamar Sweet Chestnut.
Tanto Agrimony como Heather son superficiales y poco detallistas, lo que los sitúa en las antípodas de los obsesivos. Prefieren los grandes y llamativos titulares, expresándose a menudo a expensas del contenido. Si indagamos en qué hay detrás de sus expresiones grandilocuentes, llegamos a la siguiente conclusión: nada.
Si bien las relaciones que establecen con los demás son superficiales, ellos pueden considerarlas mucho más íntimas de lo que realmente son.
Resultan muy amoldables y cambiantes y bastante influenciables, dada su necesidad de atención y admiración.
Para mitigar su ansiedad y angustia utilizan algunos mecanismos psicológicos de defensa: la negación y la disociación. El primero consiste en<<el rechazo a reconocer algunos aspectos dolorosos de la realidad externa o subjetiva que son obvios para los demás. Por ejemplo, una mujer se niega a reconocer su embarazo aunque es obvio para los demás>>.2 En el segundo existe <<un manejo del conflicto mediante la alteración de la integridad de la conciencia, de la memoria, o de la percepción del mundo externo e interno. Por ejemplo, después de una ruptura de pareja, uno es incapaz de recordar los períodos en los que estaba junto a ella>>i.
Pero casi nunca estos mecanismos funcionan del todo y el histriónico recurre a otros supuestos bálsamos, como por ejemplo las adicciones. Resulta fácil imaginar el alcohol como un «tranquilizante», además de su extendida función socializadora. La cocaína también puede jugar un rol parecido. Muchos otros recurrirán a todo tipo de psicofármacos en su afán por evitar sensaciones desagradables, tanto en el plano mental, como en el emocional y el físico, por no hablar del dolor espiritual que puede experimentarse en esta desolación interna.
Tanto Agrimony como Heather son muy emocionales e inmaduros y sus mecanismos de autorregulación, en lugar de funcionar adecuadamente, terminan transformándose en represión. En cualquier caso, la toma de Cherry Plum resulta para ambos una buena opción al ayudarles a mejorar su capacidad de autorregulación y disminuir su tendencia a la represión.3Esta represión interior suele compensarse negativamente con una actividad social generalmente desmesurada y una búsqueda incesante de experiencias excitantes. Si imaginamos una olla a presión con una válvula de seguridad que no funciona correctamente y que expulsa vapor de forma anormal, tendremos una buena metáfora del funcionamiento de los histriónicos. Pero el problema estriba en los mecanismos que aumentan esta presión interior y la forma demasiado artificial en la que esta es exteriorizada.
Podría concluirse que Agrimony y Heather tienen muy poca conciencia emocional, lo que les dificulta enormemente la sintonía natural y armoniosa con los demás. Por eso diseñan estrategias muy estereotipadas para relacionarse. Estas actitudes están fomentadas por la sociedad en la que vivimos, ya que suele, desde una óptica esencialmente superficial, considerar al histrión como alguien interesante o incluso admirable, deseable e imprescindible. Un rápido zapping televisivo nos ofrece una buena muestra de las actitudes histriónicas como eficaz reclamo de atención.
2 Millon (2006)
3 Ibídem
Aspectos diferenciales
2. Aspectos diferenciales
2. 1. Como rasgo de personalidad
A pesar del importante tronco común que comparten Agrimony y Heather, resulta bastante fácil diferenciarlos. Aunque ambos buscan ser encantadores e irresistibles, el primero recurre a la broma, al chiste fácil y a su simpatía, optimismo y vitalidad para conseguir la audiencia que tanto necesita. El segundo, tiende en cambio a sexualizar todas sus actuaciones. Cuando es joven recurre
sobre todo a ropas y actitudes insinuantes para seducir, ser admirado y deseado.
Aunque existen Heather masculinos, el personaje de «la vampiresa» resulta un estereotipo que encaja bastante en este perfil.4 Más adelante, cuando el paso del tiempo deje su huella y lo haga menos atractivo, seguramente recurra como reclamo de atención a sus síntomas y enfermedades reales o simuladas y a la obligatoriedad de prestarle socorro y dedicación.
Agrimony rehuye claramente el conflicto. Desea crear un ambiente simpático y festivo, de «buen rollo». Heather usa a menudo el conflicto como llamada de atención: <<Antes muerta que sencilla>>, incluso aunque ello atraiga el castigo inmediato.
Si bien en ambos existe mucha tensión interior, vivida como un Cherry Plum inconsciente, Agrimony puede reprimir cualquier actitud agresiva ya que lo suyo consiste en ser conciliador y no generar conflicto. En cambio Heather posee menos mecanismos de represión en este sentido, siendo a menudo secuestrado por sus emociones en un evidente descontrol (Cherry Plum), muchas veces agresivo y destructivo (Holly). Podríamos pensar, por ejemplo, en una novia que se siente humillada o ignorada y acude, presa de la ira, al trabajo de su pareja y le monta una escena dramática delante de sus jefes y compañeros, insultándole y arrojándole objetos que encuentra en su camino. O que participa en un fallido intento de suicidio o amenaza con el mismo.
En lo referente a la incontinencia verbal de Agrimony y Heather, si bien ambos son muy parlanchines, Heather siempre resulta más autocentrado e indiscriminado; a diferencia de Agrimony, siempre habla de sí mismo.
Aunque los dos dependen mucho de la aprobación y admiración de la audiencia externa, estando por lo general pendientes de captar las reacciones que en ella originan, les cuesta bastante leer los mensajes no verbales y el clima emocional del entorno, tal como se anticipaba en los rasgos de personalidad. Sin embargo, los Heather más emocionales son todavía más torpes que los Agrimony,
por ejemplo en darse cuenta de que están molestando y cansando a los espectadores. Podría decirse que Agrimony está más atento al feedback social que Heather, siendo por ello algo menos autocentrado.
Solamente los Heather más moderados están en condiciones de captar algo de los mensajes implícitos del entorno. En ese caso pueden ser muy manipuladores.
En lo que al miedo se refiere, si bien ambos lo experimentan ante la soledad (y mucho) este hecho es más notorio en Heather. Además, se trata de alguien mucho más dependiente en el terreno afectivo.
Ni Heather ni Agrimony, al menos durante su juventud, tienden a comprometerse en «aburridas» relaciones afectivas. Sin embargo, el primero suele considerar que tiene todo el derecho a ser él quien deje a los demás, siempre en sustitución de alguien más divertido, reaccionando con agresividad, e incluso con violencia, cuando es dejado o su pareja se cansa literalmente de su autocentramiento egoísta.
Para Heather, lo ideal sería ser una especie de mariposa social, muy sexualizada, que revolotea encantando y apasionando a todo el mundo. Con numerosos pretendientes, pero sin decantarse ni comprometerse con ninguno. Esto básicamente se debe a que la mayoría son muy reprimidos sexualmente y la intimidad les asusta. Aunque también pueda haber represión sexual en Agrimony, este hecho no parece tan determinante y definitorio como en Heather.
Ambos emplean la exageración y la gestualidad como aderezo importante de la forma en que se expresan; sin embargo, la fabulación es un tema propio de Heather. Se produce como método eficaz de llamar la atención y de fascinar a la audiencia. Por eso muchos de ellos se consideran médiums o seres con poderes y dones especiales. Incluso recurren a atuendos
estrafalarios para destacar sobre los demás.
4 Como ejemplo de Heather masculino puede considerarse el típico «musculitos» que se pavonea delante de las chicas.
Como estado
2. 2. Como estado
Los estados temporales de Heather se manifiestan en general como autocentramiento, tanto en forma de incontinencia verbal, como por exigencia de afecto y compañía; reclamo de atención, en suma.
Resulta fácil pensar en niños pequeños que atraviesan etapas singularmente demandantes. Del mismo modo, no pocos ancianos desarrollan un Heather tardío.
Los estados de Agrimony temporal pueden evidenciarse, por ejemplo, en alguien que, después de una ruptura afectiva más o menos traumática, emprende una temporada de salidas y diversiones desenfrenadas como ayuda para «superar el bache». O bien cae en una espiral de alcohol u otras sustancias para mitigar su ansiedad. Pero, desde luego, esto es solo una pequeña muestra de las muy diversas formas en las que, mediante una vía agrimónica, se puede intentar mitigar el dolor de las situaciones traumáticas. No olvidemos que los usos sociales de nuestra cultura alientan la ocultación y el no afrontamiento de numerosos aspectos dolorosos de la vida.
Bibliografía:
Millon, Theodore y col. (2006). Trastornos de la personalidad en la vida moderna. Elsevier, Masson, Barcelona.
Orozco, Ricardo (2010). Flores de Bach: 38 Descripciones dinámicas. El Grano de Mostaza, Barcelona.
Orozco, Ricardo (2011). El Nuevo manual de diagnóstico diferencial de las Flores de Bach. El Grano de Mostaza, Barcelona.
Rodríguez, Boris y Orozco, Ricardo (2005). Inteligencia emocional y Flores de Bach. Indigo, Barcelona.
Rodríguez, Boris (2009). El Sistema Diagnóstico-Terapéutico de Edward Bach. Twelve Healers Trust. Hereford. Reino Unido. www.healingherbs.co.uk.