Chicory – Heather. De la madre necesitada al niño necesitado y caprichoso
Chicory – Heather. De la madre necesitada al niño necesitado y caprichoso
Por Ricardo Orozco
Chicory – Heather
De la madre necesitada al niño necesitado y caprichoso1
Chicory y Heather comparten un inmenso vacío interior. Esto determina una importante carencia afectiva que se manifiesta en un intenso miedo a la soledad y, por consiguiente, en una fuerte demanda de amor y atención. Este mencionado vacío interior se llena de un nivel variable de angustia existencial tan devastadora y desasosegante que justifica un miedo irracional y una frecuente actitud de huida de sí mismo.2 A estas alturas se puede afirmar que la angustia basal que ambos tienen se llama Sweet Chestnut, y viene dada por la vivencia desoladora de la distancia entre el alma y la personalidad.
Para mitigar de alguna forma esta angustia existencial presente en el núcleo de su personalidad, usarán diversos mecanismos. Uno de ellos consiste en construir diversos personajes idealizados que mejoren en algo su autoestima. Esto es lo que se conoce como creencia compensatoria. Pero estos mecanismos casi nunca son suficientes para tapar el dolor emocional de fondo. Intentan llenar el vacío con amor, pero a menudo esto se convierte más bien en el sucedáneo de demanda de atención, dependencia y obligatoriedad de ser asistidos.
Una particularidad a tener muy en cuenta es el dramatismo y exageración que impregnan muchas de las comunicaciones de Chicory y Heather. En parte esto se debe a su hiper emocionalidad. Pero también este acentuado dramatismo (histrionismo) se despliega como eficaz herramienta de reclamo afectivo o de demanda de atención. Todo en ellos parece que tenga que ser urgente o demasiado importante, desde una simple llamada telefónica hasta una intrascendente cadena por e-mail. Los demás tienen que abandonarlo todo para atenderles.
Ambos son ansiosos y conocen muy de cerca las manifestaciones de la angustia. Viven muy preocupados (White Chestnut) por pequeños detalles afectivos de la vida cotidiana, en general referentes a las relaciones interpersonales y sus necesidades más inmediatas.. El miedo al abandono o a la sustitución es tan considerable que explica el que ocupe tanto lugar en sus mentes.
Son en general adictivos, en un intento por mitigar su ansiedad. Tienden a comer excesivamente y por consiguiente al sobrepeso. Están muy poco habituados a la introspección, cosa que les aterroriza, acusando graves deficiencias en lo que a autoconciencia se refiere.
De naturaleza irritable, se exaltan con facilidad cuando son contrariados. En gran medida esto se debe a su inmadurez y consiguiente simplificación del mundo, en un vano intento de hacerlo más manejable. Este hecho determina que en general sean caprichosos, de ahí los frecuentes arrebatos Cherry Plum-Holly. También existe en ellos una fuerte tendencia al desánimo, la tristeza y la depresión. En suma, su nivel de inteligencia emocional suele ser muy bajo.
Son personas con mucha predisposición a sufrir achaques y problemas de salud. Una parte de esta propensión se explica por el alto nivel de ansiedad que viven. Pero otra buena parte de su naturaleza enfermiza viene potenciada por las ganancias secundarias que obtienen de sus síntomas, ya que los utilizan para manipular a su entorno y sacar así una alta rentabilidad del mismo, en forma de atenciones y cuidados especiales. También les sirven como herramienta de autocompasión y para castigar y culpabilizar a quienes no se muestran atentos y diligentes con ellos, así como para ser liberados de sus responsabilidades.
En no pocas ocasiones las dolencias se demuestran efectivas para eludir y evitar las quejas de quienes se han visto perjudicados por sus actuaciones. Por ejemplo, la nuera que ha sido humillada por su suegra en un episodio evidente para todos, evita protestar ante la “delicada” salud de esta última. La autoestima en Heather y Chicory es baja en su nivel más profundo de conciencia. Por ello, como se comentaba al principio del artículo, compensan este hecho con un sistema de creencias que los erige en personas “elegidas”, con atributos o misiones especiales en beneficio de los demás. Casi nunca el personaje idealizado que construyen coincide con sus acciones, aunque ellos lo crean.
Ambos son invasivos y poco empáticos ya que, al ser tan ansiosos y demandantes, no pueden situarse en el lugar de los demás. Dependen demasiado de la respuesta y de la aceptación externa y buscan ser necesarios (Chicory) o cuanto menos deseables y fascinantes (Heather). Son en general manipuladores y fabuladores. El crear culpabilidad en los demás les permite generar una dependencia que les garantice el vínculo afectivo. Utilizan como mecanismo psicológico de defensa la negación y la disociación.
Chicory y Heather son patrones que se ven más en el sexo femenino, así como Vine y Vervain predominan en el masculino. Si ampliamos más esta “sexualización”, podemos situar a Centaury en el primer grupo y a Oak en el segundo. Obviamente no existe una línea floral divisoria, hombres y mujeres pueden compartir patrones florales, pero esto no quita que haya una disposición determinada en uno o en otro sentido. Para explicar esto existen factores educacionales, socioculturales, biológicos, etcétera.
1 Capítulo modificado del libro de Ricardo Orozco: El nuevo manual del diagnóstico diferencial de las Flores de Bach. El grano de mostaza. Barcelona, 2011.
2 Este mecanismo es común también a Agrimony.
3 La negación consiste en negar lo que es evidente para los demás. Por ejemplo, una embarazada en el 7º mes de gestación niega estarlo. La disociación consiste en olvidar o borrar de la conciencia determinados episodios dolorosos.
Aspectos diferenciales como tipología
Es importante remarcar que en muchos casos no es posible una clara diferenciación, ya que Heather y Chicory no son en absoluto incompatibles.
La demanda de atención es normalmente más desesperada y exagerada en Heather que en Chicory. El primero suele ser más indiscriminado con sus interlocutores, mientras que el segundo resulta más selectivo. Es decir que Chicory escogerá más las personas con quienes desplegar sus recursos.
Los dos sufren miedo a la soledad, pero este hecho es mucho más patente en Heather, donde puede alcanzar cotas difíciles de imaginar. Esta circunstancia puede llevarlo a la incontinencia verbal, característica que siempre ha sido utilizada para describirlo. En la actualidad esta necesidad de huir de la soledad no tiene obligatoriamente que manifestarse mediante la verborrea; cualquier Heather puede pasarse el día en el ordenador chateando compulsivamente, mientras satura las redes sociales con sus trivialidades. Incluso puede hacer todo esto mientras habla por teléfono con el “manos libres”.
Chicory es esencialmente maternal, por lo que ofrecerá constantemente sus cuidados, tanto implícita como explícitamente. Siempre tiende a establecer vínculos pseudo-terapéuticos con los demás. Por el contrario, Heather es mucho más anárquico, individualista, caprichoso y desestructurado en sus relaciones.
Lo anterior determina que Chicory cree lazos afectivos permanentes y pretendidamente inquebrantables, mientras que Heather es esencialmente volátil y tiende a aburrirse de sus amigos, parejas y círculos de amistades, cambiándolos cuando puede por otros. Esto es más visible y factible en Heather jóvenes. Dicho de otra forma, Chicory asume responsabilidades, mientras que Heather las rehúye. Por ejemplo, una madre Chicory es hiperprotectora (muy Red Chestnut) y difícilmente dejará a su hijo en una guardería, no sea que se confunda y un día llame “mamá” a la maestra. Muy al contrario, la madre Heather dejará a su bebé con cualquier vecina semidesconocida con tal de salir corriendo a ver a sus amigas.
El nivel de manipulación es muy variable, dependiendo de un sinnúmero de circunstancias. Pero en cualquier caso, en líneas generales, Chicory tiene más facilidad que Heather para usar la diplomacia, la crítica o la vía indirecta para conseguir lo que desea. En general, Heather tiende a un grado de manipulación más grosero, al menos en los más negativizados. Resulta fácil pensar en alguien que en la comida de navidad, cuando toda la familia está reunida, sufre alguna indisposición aparatosa y teatral.
Pero también se debe tener en cuenta que existen Heather más sofisticados que emplean sus sutiles artes seductoras para conseguir prebendas y beneficios diversos. Pero, en cualquier caso, la sexualización de las relaciones no es algo Chicory sino una estrategia netamente Heather. Pensemos lo poco seductor que resulta el estereotipo de la mamma italiana en comparación con el de la vampiresa. Chicory es nutricio y no sexy.
En Chicory la manipulación puede variar considerablemente, dependiendo del nivel social y cultural en el que se mueva y, detalle importante, de lo desesperado que esté. Ambos, al ser tan emocionales y afectivamente vulnerables, son pasto con facilidad de la ansiedad y la angustia. Estas características son más evidentes en Heather, mucho más inestable, cambiante e indeciso (Scleranthus) que Chicory.
La consecuencia de la ansiedad en ambos suele ser la agresividad, patente en una irritabilidad e impaciencia basal bastante fácil de percibir. Los celos y la sospecha (Holly), motivados por una enorme inseguridad, contribuyen a avivar la ansiedad y la rabia.
Tanto Chicory como Heather viven el Holly en estado puro, aunque el primero lo niega siempre, ya que sería contradictorio con la creencia compensatoria que ha edificado de “ser beatífico que ha venido a este mundo a dar amor y a brindar ayuda al prójimo”. La tendencia en Chicory es a ocultar el odio que siente o, como mínimo, a negarlo mientras busca en su entorno comprensión y alianzas que le ayuden a combatir al enemigo.
Por el contrario, Heather suele ser mucho más directo y dramático, recurriendo a soluciones drásticas que pueden ir desde agredir al contrincante, montarle una escena pasional en público o recurrir a la amenaza o al intento fallido de suicidio. Como mínimo, la respuesta va a ser mucho más teatral que en Chicory.
Como ya se comentó en el territorio compartido, la demanda de atención es una de las características más visibles desde el exterior. En Chicory es más selectiva que en Heather, ya que pasa porque se valore “su dedicación y sacrificio”, por más que el reconocimiento que reclama resulte siempre excesivo y desproporcionado. Cabe subrayar que si da dos, cree que ha dado diez. Y si recibe diez siente que ha recibido dos. Luego el balance entre el debe y el haber está permanentemente descompensado.
Podría afirmarse así que Chicory da para recibir, y el lema sería: «Te doy a cambio de…» En lugar de esto, Heather parece una especie de vampiro indiscriminado que revolotea alrededor de sus presas al grito de «¡Dame, dame, dame… todo, todo, ahora!» Posiblemente esto es lo que llevó a Scheffer a citar aquello de «Chicory corresponde a la madre necesitada y Heather al niño necesitado».4
Pero sin duda Heather es mucho más efectivo en su demanda de atención, ya que puede recurrir a la extravagancia, tanto en el uso de una indumentaria impactante o estrafalaria, como en la exhibición de un catálogo de poses y actitudes “deseables” («Antes muerta que sencilla») Todo esto acompañado por expresiones emocionales como risas que se asemejan a relinchos de caballo, tono de voz elevado, conversaciones por el móvil que son escuchadas en un amplio radio, etc.
Si bien se ha dicho que «Heather quiere ser el niño en el bautizo, la novia en la boda y el muerto en el funeral» podría afirmarse que «Chicory quiere ser la madrina en el bautizo, la novia en la boda y la que organice, consuele y conforte a todos en el funeral».
Con tal de ser tenido en cuenta, Heather es capaz de preferir el castigo que la indiferencia «Prefiero que me busque la policía a que no me busque nadie». Chicory, si bien puede recurrir a generar un conflicto con tal de erigirse en mediador, intenta salir siempre bien parado de toda trifulca. Resulta más hábil para medir las consecuencias inmediatas de sus acciones. Si bien ambos recurren a la exageración con el fin de suscitar la atención de los demás, Heather es demasiado fabulador, inventándose experiencias inverosímiles y a menudo rocambolescas: visitas de extraterrestres, abducciones, apariciones místicas… Chicory no es estrafalario en este sentido. Más bien puede insinuar o dar a entender, de forma implícita y misteriosa, que posee una determinada información extrasensorial o algún tipo de poder que puede ser de gran valor para los demás. También puede decirle a alguien crédulo e inseguro que le ha detectado un gran potencial y que puede ayudarle, mediante sus canalizaciones espirituales, a desarrollarlo. 5
Aunque ambos tienen una escasa o nula capacidad de autocrítica, es más fácil en Heather sentir culpabilidad, o como mínimo sentimientos de indignidad y poca valía, producto de su predisposición a la tristeza y a la depresión.
4 Scheffer, M. La Terapia Floral de Bach. Teoría y práctica. Urano, Barcelona, 1992.
5 Hace años escribí un relato cómico o, mejor dicho tragicómico, titulado Vacaciones en Chicorystán. Se puede leer en www.ricardoorozco.com en la sección de artículos.
Aspectos diferenciales como estado
Pueden vivirse estados temporales de Chicory en circunstancias especiales, como por ejemplo períodos de vulnerabilidad secundarios a pérdidas afectivas. Incluso algunas personas sólo manifiestan su Chicory con una determinada pareja en concreto, en un espacio limitado de su vida, o ante una circunstancia en la que se han visto especialmente dolidos, como el reparto de una herencia o una disputa laboral.
En estos casos el argumento es siempre la convicción de que uno “merece mucho más de lo que está recibiendo”, o “ha dado mucho más de lo que está recibiendo” y por tanto está siendo tratado injustamente”. Es decir, que siempre suele haber un foco o un activador más o menos específico.
En cambio, los estados de Heather suelen ser más tempestuosos y no tiene porqué haber un activador objetivo, aunque hay que reconocer que a algunas personas el alcohol los desinhibe hasta un punto de locuacidad e invasividad difícil de soportar. Sin duda no hay nada peor que tener sentado al lado a alguien que, en una cena, nos intenta convencer de “lo buena persona que es”.
Siguiendo con las diferencias entre Chicory y Heather, es mucho más probable transitar por temporadas duraderas de la segunda flor. Por ejemplo en etapas biológicas como la primera infancia, adolescencia o vejez. En muchas personas este Heather es meramente coyuntural y se manifiesta por un autocentramiento y demanda de atención considerables.