Más tiempo de consulta no significa mejor asistencia
Más tiempo de consulta no significa mejor asistencia
Por Ricardo Orozco
A lo largo de mi experiencia, he observado cómo muchos terapeutas noveles hacen primeras visitas larguísimas y a menudo alargan…y alargan las siguientes.
Creo que todos detestamos los viejos usos de la Seguridad Social y sus masificadas y deshumanizadas consultas con visitas de pocos minutos, pero esto no debería servir de excusa para realizar sesiones tediosas e interminables.
Siempre he pensado que a lo mejor este hecho se debía a la inexperiencia del principiante, con su consiguiente inseguridad. Seguramente, la propuesta implícita del terapeuta podría ser algo así: “como todavía no soy un buen terapeuta, estoy inseguro y necesito desesperadamente caerte bien y que salgas muy contento, y además te estoy cobrando un dinero, te regalo tiempo… mucho tiempo…” Y así las cosas he tenido conocimiento de visitas de dos o tres horas o incluso más.
Pero, por diferentes motivos, esta estrategia no resulta casi nunca una buena idea. Cuando alguien acude a una terapia, sea de reflexología podal, quiromasaje, shiatsu, psicoterapia, o terapia floral, la idea que tiene es la de una hora de duración. Casi nadie pregunta antes de ir a consulta cuánto tiempo durará la visita, por lo que hace sus preparativos en función de un tiempo aproximado de 60 minutos. Y esos preparativos pueden implicar dejar el niño al cuidado de una vecina, aparcar en la calle en una zona de pago e introducir dinero para una hora… Además, puede que el acudir ese día a consulta no sea el único acontecimiento en la vida de ese paciente. Probablemente, a la salida de la terapia tiene que estar en algún lugar para alguna cosa. ¿Se imagina dónde estará la mente de su cliente cuando pasa el tiempo y usted sigue y sigue… y sigue? Por otra parte, esa misma persona puede estarse preguntando si acaso será el único que tiene usted ese día y si verdaderamente habrá hecho una buena elección.
Claro que existen excepciones, como cuando al final de la sesión el paciente está muy movido emocionalmente y necesita un poco más de tiempo; pero yo ahora estoy hablando de cuando el terapeuta inseguro intenta compensar su inexperiencia regalando tiempo.
Una hora es un espacio estupendo, incluso en ocasiones excesivo. Por otra parte, esta duración puede ayudar a los pacientes más habladores a aprender a resumir y jerarquizar contenidos. Si la idea del terapeuta es tener más tiempo para averiguar cosas de la vida del cliente, probablemente no lo conseguirá.
¡Desengáñese! Si hace primeras visitas de terapia floral de dos o tres horas está en todo su derecho, pero es importante que entienda que lo más probable es que se trate de una necesidad suya y no del cliente. Es frecuente que este último esté pensando en que a lo mejor lo están multando por no echar monedas en el aparcamiento o que llegará tarde a recoger al niño, o que tiene que hacer la compra para la cena… Si realmente se siente incómodo con visitas más cortas, le recomiendo que al menos intente leer el lenguaje no verbal del cliente, detectando posibles signos de impaciencia o preocupación o, mejor aún, pregúntele si dispone de ese tiempo.