La vida como escuela… Las flores como maestras
La vida como escuela… Las flores como maestras
Por Ricardo Orozco ©2015
En las últimas décadas, la Terapia Floral de Bach se ha convertido en una de las principales terapias naturales, tanto en España como en diversos países de Europa y América. Ofrece una serie de recursos ante problemas de la vida cotidiana, que van de lo doméstico a lo más profundo. Todo depende del nivel en el que nos situemos y de la formación a la que hayamos llegado. Van apareciendo trabajos que demuestran científicamente su efectividad, incluso a pesar de los prejuicios preexistentes por parte de los inquisidores del “pensamiento único”.1
Un detalle muy interesante, es que se trata de una terapia en continuo crecimiento, habiendo diversas líneas de trabajo abiertas. Creo que se equivoca quien piensa que las Flores de Bach son un tema cerrado donde ya está todo dicho. No se debe, en este sentido, confundir el límite personal, o el aburrimiento que la profundización sistemática en cualquier disciplina suele conllevar, con el límite de la terapia.
Pero además de ser una técnica efectiva, lo que ha hecho que algunos terapeutas y enseñantes nos dedicásemos por completo a ella es su atractivo fondo filosófico y evolutivo. Esto, en lugar de constituir un valor añadido, es más bien su más preciado tesoro, y algo difícil de encontrar en otros sistemas florales que se ofrecen más bien como una colección de esencias sin un aparente eje vertebrador. El sistema de Bach se presenta en cambio como un método completo y cerrado en sí mismo, con una sorprendente cohesión interna.
A mi modo de ver, el Dr. Bach no concibe sus flores como una especie de sustituto de una medicina que ya en su época empezaba a ser agresiva, sino como un sistema de evolución espiritual, crecimiento personal o inteligencia emocional, tres conceptos que en el fondo quieren decir lo mismo. Muy comprometido también con lo que denomina <<mi lucha por la humanidad que sufre>>2 , plantea recursos de acción rápida, como se desprende de algunos usos incipientes que yo llamo Patrones Transpersonales®.
Básicamente, como ya se ha dicho tantas veces, Bach plantea la encarnación como un día de escuela en el transcurso de un año lectivo. Para ello el alma se viste de carne (en realidad se reencarna) recubriéndose de una personalidad o tipología que ya trae implícitos el defecto a superar y la virtud a desarrollar, o lección a aprender. Para ello, la mencionada personalidad elegirá al encarnar las circunstancias que le permitan un mejor aprendizaje3 , algo así como la escuela donde se imparte la enseñanza prevista. En esta escuela escogida se impartirán una o dos lecciones por curso (por vida). Yo siempre bromeo en que espero que me haya tocado una sola lección… y fácil.
Aunque la vida como escuela plantea sin duda una serie de enseñanzas ilimitadas y permanentes, existirán unas lecciones maestras muy concretas, ajustadas a los 12 tipos de personalidad y sus consiguientes defectos. Como quiera que así como es arriba es abajo, y tendemos a reproducir en la vida de “aquí abajo” geometrías y patrones preexistentes de “allá arriba”, a mí me ayuda a entender todo esto la siguiente analogía. Muchos estudios proponen un programa determinado, generalmente amplio, pero finalmente se examina al azar de un tema concreto. Aunque se haya estudiado todo el programa (o no), lo que realmente puntúa es lo que toca en el examen. En el caso que nos ocupa esto es la lección a aprender. Por eso no es raro suspender y repetir curso, pasar al siguiente con asignaturas pendientes y, cómo no, aprobar.
Las lecciones a aprender, o virtudes a desarrollar, se ofrecen como potencialidades del alma o Ser Superior, el equivalente a lo que Roberto Assagioli llama Arquetipos Superiores preexistentes en el Inconsciente Superior, descrito magistralmente como el Ático de la Conciencia.4 Bach enumera estas lecciones y las compagina con los Doce Curadores, las primeras 12 flores del sistema.
A continuación expongo una tabla que relaciona defectos con las mencionadas flores (tipologías) y sus correspondientes lecciones. Los términos en inglés están tomados de Free Thiself (1933) de Collected Writings of Edward Bach. Flower Remedy Programme. Edición de Julian Barnard. Hereford Reino Unido, 1987.
Defecto a superar |
Flor Tipo |
Lección a aprender o virtud a desarrollar |
Inquietud (restlessness) |
Agrimony |
Paz (peace) |
Concretando, una persona con tipología Mimulus deberá superar el defecto del miedo (a mí me gusta más la palabra temor) y poder así desarrollar la virtud (o aprender la lección) de la compasión. Cosa que no puede conseguir mientras sea alguien evitador y por tanto se refugie en el aislamiento para disminuir su ansiedad. La compasión se presenta así como una lección netamente interpersonal, ya que se trata de ejecutarla en acciones hacia los demás. El hecho es que he visto en ocasiones como clientes manifiestamente Mimulus conectaban espontáneamente con este gran valor de la compasión al mejorar y sin que yo les hubiera explicado todo esto.
Muchas lecciones a aprender corresponden exactamente al contrario del defecto a superar. Otras en cambio, como el ejemplo del Mimulus, son más articuladas. Algunas intrapersonales, otras interpersonales.
Para servir de ayuda y así catalizar ese aprendizaje trascendente que representan las lecciones a aprender, Bach crea sus flores. Es decir, que la toma de las esencias correspondientes va a facilitar el aprendizaje de la correspondiente lección.
Pero obviamente todo esto tiene muchos entresijos y plantea no pocas dudas y un sinfín de incógnitas que este artículo, que pretende ser corto, no puede afrontar. Simplemente mi intención es refrescar o acaso recordar que las Flores de Bach son mucho más de lo que estamos acostumbrados a tratar: Son en realidad verdaderas maestras en la escuela de la vida.
1 Paolelli, Ermanno. Neuro-Quantistica. Nuova Ipsa editore. Palermo, 2014.
2 Ver trabajo científico del GCBach: www.gcbach.com
3 Ver Bach por Bach. Obras completas, escritos florales. Continente, Buenos Aires, 1996.
4 Idem.