Aceites:
Resultan muy recomendables para zonas secas del cuerpo, como por ejemplo en formas muy secas y costrosas de psoriasis. También para grandes superficies corporales y masajes.
Se puede utilizar cualquier tipo de aceite. Uno muy difundido y accesible es el de almendras.
Hidrolatos
Se trata del agua resultante de la fabricación de los aceites esenciales. Son muy recomendables los hidrolatos de manzanilla, rosa, lavanda, caléndula...
Son de elección para superficies grasas, como por ejemplo la cara de adolescentes con acné. También recomendables para lociones capilares.
Colirios
Las Flores de Bach tienen mucho que aportar en materia oftalmológica. Hay experiencia en la aplicación de compresas sobre los párpados con buen resultado, aunque se pueden preparar colirios con suero fisiológico estéril.
Vaporizadores
Esta es otra vía muy válida, sobre todo si se quieren hacer tratamientos capilares, o simplemente purificar el ambiente de energías hostiles. Muy interesante sobre todo para tratar grandes superficies corporales, como por ejemplo en la varicela.
También para el tratamiento de plantas (vaporizando las hojas).La dosis será de entre 6 y 10 gotas de stock para un vaporizador de 250 a 500 ml. Más cómodo resulta entregar al cliente un frasco de prescripción como para vía oral y que él vierta en el vaporizador un par de goteros.
Geles
Empleados en general para superficies grasas. Uno muy utilizado es el de aloe vera.
Compresas o cataplasmas
Aunque bastante en desuso, es otra vía interesante de aplicación. Se calienta para ello 500 ml de agua mineral a temperatura corporal y se añade un chorro de la prescripción: la mezcla como si fuera para toma oral. Se introduce un trapo limpio de algodón en el líquido, se escurre bien y se aplica sobre la zona a tratar. Esta aplicación es interesante para los ojos, cuando no se quieren emplear colirios, migrañas (utilizar agua fría) y otros.
Arcilla
Muy útil cuando hay una fuerte inflamación, como la artritis reumatoidea o por ejemplo en el herpes zóster. Se recomienda utilizar arcilla para uso externo. Si se la compra desecada, se añade un chorrito de la prescripción en el agua en la que se diluye. Si ya viene preparada para su uso (generalmente en tubo) se vierte la cantidad deseada en un bol y se le añade un chorrito de la prescripción, removiendo hasta que se absorba en el barro. Se aplica posteriormente en la zona y se cubre con un trapo de algodón, gasa o camiseta. Se debe dejar puesta varias horas.
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